Sabemos que una falta de autoestima está directamente relacionada con malestares, dificultades para relacionarse con las demás personas y está en la base de distintos trastornos como depresiones, ansiedad o trastornos alimentarios. Por tanto, promover una buena relación y aprecio hacia uno mismo es clave para una buena salud mental y emocional.
¿De qué depende una alta o baja autoestima?
Lo primero que debemos preguntarnos es de que depende que una persona tenga una alta o una baja autoestima.
Pues la respuesta no es fácil puesto que depende de múltiples factores que influyen y que pueden interaccionar entre sí: historia de vida, es decir, experiencias vividas, determinados estilos educativos o comentarios/creencias en el seno de las familias, factores de personalidad, atribuciones de los logros y fracasos…. A todo esto, además, debemos sumar la influencia de la sociedad en la que vivimos y los mensajes que constantemente recibimos de las redes sociales, medios de comunicación…….
Entonces, ¿cómo podemos hacerlo?
Como adultos es imposible tener control sobre todos estos factores y, por tanto, en lo que vale la pena centrarse es en los factores que promueven una mejor autoestima, es decir, aquellos factores que son de protección más que en aquellos que la menguan. A continuación dejamos un listado de prácticas que podemos llevar a cabo en casa y que nos ayudarán en esta tarea:
- Sed un modelo positivo: Lo primero es ser conscientes de que para los niños y niñas los y las adultas somos modelos a seguir. Debemos ser, por tanto, coherentes con las palabras y pautas que transmitimos y nuestras acciones. Si ven que nos aceptamos, a pesar de los defectos que todos y todas tenemos, hará que se acepten a ellos y ellas mismas con mayor facilidad.
- Reconoced los logros y valorad el esfuerzo. Reforzad más el proceso que el resultado: Con cualquier acto que se propongan emprender (estudios, deporte,…) no valoréis tanto el resultado sino el esfuerzo que ponen de su parte. De esta forma evitaremos que basen su autoestima en los resultados (que no siempre serán buenos) sino en la capacidad de esforzarse y superarse. En caso contrario, los malos resultados afectarán de forma negativa a su autoestima y a los buenos resultados no siempre les otorgarán valor. Cuando consigan cualquier hito reforzad mucho, mostrando cómo con esfuerzo han logrado alcanzarlo.
- Mostrad amor incondicional: Mostrad el amor que les tenéis a pesar de que no siempre hagan las cosas correctamente o como a ustedes les gustaría. Cuando los o las riñáis dejad claro que no es por como son ellos/as como personas sino por el comportamiento que están exhibiendo, mostrando que confiáis en que pueden hacer las cosas de otra manera.
- No coloquéis etiquetas: Las etiquetas menguan y mucho la autoestima. Seguro que muchos y muchas de ustedes se acuerdan de etiquetas que le pusieron de pequeños o que pusieron a las personas más cercanas. Las etiquetas sólo limitan y a menudo determinan los comportamientos de las personas, llegando a creérselas. Hablemos siempre de comportamientos y no de personas. Por ejemplo, en lugar de decirle a un niño “eres un travieso” se le puede decir “eso que has hecho es una travesura”.
- Normalizad el error y las equivocaciones, centraos en soluciones. Todos y todas nos equivocamos en algún momento y quien diga que no está mintiendo. A veces las cosas no nos salen como quisiéramos y no por eso valemos menos. Enseñar esto a los niños/as y adolescentes y ayudarles a buscar soluciones ante las dificultades reforzará su sentido de autoeficacia y, por tanto, su autoestima.
- No sobreprotejáis, reconoced las propias capacidades de los menores. Dejad que exploren. Cuando sobreprotegemos el mensaje que damos es “tú no puedes” o “no eres capaz”. Dejar que exploren, que hagan las cosas por sí mismos les ayudará a confiar más en sus propias capacidades.
- Críticad cuando sea necesario y de forma constructiva, que sirva para aprender. No se trata de no señalar lo que puedan mejorar sino de hacer las críticas de forma constructiva cuando sea necesario, mostrando que confiamos en su capacidad de cambio y mejora.
- Ayudadles a ser asertivos/as. Unas buenas habilidades sociales y una buena capacidad de ser asertivas/os ayudará a desarrollar una buena autoestima puesto que, además de mantener buenas relaciones sociales, sabrán gestionar los conflictos de forma eficaz.
- Evitad juzgar a las demás personas. Si los hijos e hijas ven que constantemente estamos criticando y juzgando a los demás lo verán como algo habitual y, por tanto, pueden pensar que ellos y ellas también son juzgadas constantemente. Esto generará más inseguridad y afectará a la autoestima. En cambio, si ven que aceptamos a los demás, también será más fácil que se acepten a sí mismos/as.
Para dudas y/o más información pueden contactarnos a info@centrepip.com