Conectando conmigo misma

Conectando conmigo misma

El otro día iba en tren. Algo muy normal pero yo no acostumbro a hacerlo y menos en esa ruta. Iba leyendo un libro, una novela cualquiera, concentrada en sus aventuras y desventuras cuando me di cuenta de todo lo que me perdía alrededor al estar mirando solo las páginas de ese libro. Fue un momento de inspiración, por así decirlo. Empecé a mirar por la ventana y reconozco que disfrute de cada uno de los elementos que veía del paisaje: montañas, prados, nubes, edificios históricos, etc.  En ese momento, mi cabeza fluyó por mil pensamientos del presente, pasado y futuro. Hubo un momento en que, a pesar de estar disfrutando del momento fui consciente de lo difícil que nos resulta estar en el aquí y ahora.  Como concepto es muy bonito, pero nuestra cabeza está entrenada para pensar, juzgar, planificar, organizar,… Así que en ese mismo momento me pregunté ¿cómo podía volver al momento actual?

noia tren

  • Centrándome en las sensaciones físicas. Al principio, no sentía nada o no era consciente. Poco a poco, fui notando la tensión y/o relajación en diferentes partes del cuerpo; el ritmo de mi respiración; el latido de mi corazón,…
  • Estando atenta a los estímulos que tenía delante. Mirando, escuchando, oliendo todo aquello que me rodeaba procurando no juzgar o no opinar al respecto. Simplemente una actitud contemplativa, de ver que es lo que hay allí y si me despertaba alguna emoción o recuerdo. Al pasar por Vilafranca, por ejemplo, vi las viñas y, éstas me recordaron un viaje por La Rioja que hice unos años atrás.
  • Parando los pensamientos. Parece absurdo pero se puede hacer. Había momentos en que me veía pensando en lo que tenía que hacer el lunes, la semana siguiente, dentro de un mes. En esos momentos, al ser consciente de que mi cabeza estaba haciendo de las suyas, me centraba y me decía “ahora no toca, luego lo pienso/planeo/…” y volvía a centrarme en algún elemento concreto del entorno. A veces era más fácil que otras, pero me sorprendió como a medida que avanzaba en el viaje cada vez me costaba menos al mismo tiempo que cada vez estaba más conectada conmigo misma. Especialmente, lo más importante era que cada vez detectaba antes cuando mis pensamientos fluían para otros temas que no eran relevantes, al menos en ese momento.
  • Reconociendo las emociones que sentía. Había momentos de paz, tranquilidad, alegría y disfrute. En otros momentos, cuando mi cabeza iba a pensamientos diversos me sentía frustrada, triste, nerviosa,… Fui estando alerta a ellos mismos, anotando el origen y cómo los notaba, pero validándolos todos como emociones propias y que tenían un espacio en mi forma de ser.

Sí, como podéis ver, un viaje de 1 hora tienes tiempo para muchas cosas. Pero especialmente, me gustaría animaros a todos a que disfrutéis de cada uno de esos momentos dando un descanso a nuestra cabeza y, permitiéndonos, liberarnos de todas las presiones para poder estar en ese momento presente. Es necesario, encontrar un espacio para uno mismo, para conectar y ser conscientes de cómo estamos a todos los niveles. Por ello mismo, dentro de esta sociedad hiperconectada es importante encontrar ese momento. Planificarlo, si hace falta. Pero, en definitiva, buscar un momento para centrarse en el aquí y ahora. Aunque al principio pueda resultar difícil, con la práctica, este resulta mucho más sencillo.

Así que para acabar, plantearos ¿Cuándo podéis tener un rato para conectar con vosotros mismos? 

Cristina Garcia

Deja un comentario

Call Now Button