¿Crisis vital? ¿Crisis existencial? ¿Hacia dónde voy?

¿Crisis vital? ¿Crisis existencial? ¿Hacia dónde voy?

¿Te has encontrado alguna vez que no sabes ni quién eres?, ¿Estás viviendo alguna situación en la que te preguntas para dónde ir o qué es lo que quieres? A medida que pasan los años, es habitual encontrarnos a lo largo de diferentes momentos vitales que nos hacen replantearnos dónde estamos y, sobre todo, dónde vamos. Cada vez se oyen más términos y conceptos como “crisis vital” o “crisis existencial” pero realmente, ¿Qué son? ¿Cómo hacerles frente de manera positiva?

¿Qué son las crisis?

Por crisis entendemos un cambio en nosotros mismos o en las circunstancias que nos rodean que hace que necesitemos reenfocarnos, situarnos e, incluso, empezar de nuevo para poder adaptarnos.

Son momentos en que los cimientos que habíamos construido, parece que se caen o no son lo suficientemente resistentes para la situación actual. Esta inestabilidad causa efectos a nivel emocional, siendo frecuente que nos sintamos como en un barco a la deriva, perdidos y sin saber hacia dónde ir o dónde podemos agarrarnos para sentirnos seguros.

¿Cómo podemos afrontar las crisis?

Como hemos dicho, las crisis son indicadores de que algo hemos de cambiar en nuestra forma de actuar. Es un momento adecuado para pararnos, coger papel y lápiz y crear nuestro propio proyecto vital o reforzar nuestro propio autoconocimiento. Así que vamos a ver cómo podemos hacerlo:

  1. Un primer paso que puede ayudarte a ver las cosas con perspectiva puede ser dividir tu vida en diferentes áreas para poder valorar cada una de manera separada. Un ejemplo de división básico podría incluir: familia, trabajo, ocio, yo mismo, pareja, salud y autocuidado.
  2. A partir de esta división, es interesante valorar como está cada una de ellas y cómo te gustaría que estuviera para así poder establecer tanto la línea base como el objetivo a conseguir. No se trata de hacerlo en una tarde todo y/o pensando en lo que los demás creen que debería ser adecuado, sino que es importante destinarle un tiempo a cada una de las áreas para así poder concretar al máximo los diferentes puntos y explorar cómo te sientes en este momento con respecto a ella, los matices que añadirías, diferenciar aquello que es indispensable para ti y aquello que es prescindible,…
  3. A continuación, te presentamos algunos puntos y preguntas que pueden servirte para iniciar un análisis más exhaustivo:
    1. Indagar sobre el significado personal del sentido de bienestar: ¿Qué significa sentirme pleno/a para mí? ¿en qué momentos me he sentido así? ¿hacía algo en concreto? ¿cómo podría incluirlo en mi vida? ¿qué necesito para sentirme así? ¿qué quiero para sentirme así? ¿cómo podría conseguirlo? ¿puedo crear un plan para conseguirlo?…
    2. Valorar dónde quieres estar en el futuro: ¿Dónde te ves en 1, 5, 10 o 30 años? ¿qué necesitas para que eso se haga realidad? ¿qué trámites intermedios has de cumplir? ¿Existen miedos que te paran en el proceso? ¿cuáles son y cómo podrías solventarlos? ¿estoy siendo realista sobre mis metas o me planteo imposibles?…
    3. Estudiar cómo eres incluyendo tus virtudes y talentos. ¿cuáles son tus valores o principios?, ¿de qué manera te describirían la gente que te conoce (familia, amigos, compañeros,…)? ¿qué fortalezas tienes? ¿en qué momento te ayudan y cuándo te bloquean? ¿Qué defectos consideras que tienes? ¿alguna vez te han ayudado? ¿cómo te sientes hacia tus fortalezas y defectos? ¿cómo los valoras en las otras personas? ¿hay diferencias?
    4. Reconocer tus pensamientos y creencias básicas. ¿cómo crees que “debe” ser lo que te rodea? ¿Cuáles son tus creencias nucleares? ¿De qué manera te influyen? ¿lo hacen en todas las áreas o solo en algunas? ¿existen diferencias entre personas? ¿de dónde vienen estas creencias, son tuyas o heredadas? ¿cómo te sientes hacia ellas?…
    5. Analizar cómo te comportas y si pueden haber cambios. ¿qué he hecho para llegar aquí? ¿qué podría hacer diferente? ¿de qué manera podría acercarme hacía la manera de actuar que me gustaría? ¿qué me lo impide?…
  4. Para acabar, todo este análisis es necesario extrapolarlo a nuestro día a día. Por ello, es necesario ir concretando pequeñas acciones dirigidas a generar los cambios que se irán sumando día tras día, semana tras semana.

En definitiva, no podemos huir de las crisis y éstas van a aparecer en un momento u otro, de una forma u otra. Es por ello que en lugar de esconder la cabeza,  lo más sano para nosotros mismos es mirarlas de frente y buscar el aprendizaje o cambio que nos estan pidiendo. A veces, uno solo no puede, por lo que puede ser útil el acompañamiento de un profesional. Si este es tu caso, puedes consultar con nuestros profesionales de la psicología en info@centrepip.com

 

Deja un comentario

Call Now Button